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"Acá todo un pueblo te llora" fue uno de los mensajes que resumen las últimas horas dentro de la comunidad de Villa Atuel, el distrito sanrafaelino que despidió a María Belén Viñolo, una hermosa mujer de 34 años que enaltecía los valores de la vida y la familia.
De acuerdo a lo que compartieron allegados de Belén había nacido con una situación de salud que le marcaba una vida donde la maternidad iba a ser algo imposible, según la ciencia, sin embargo y con la fe y esperanza en Dios demostró que todo era posible.
"Nunca dejó de creer en Dios, de hecho, ni la enfermedad le impidió construir junto a su esposo una familia preciosa" contaron en el pueblo.
Mamá de seis niños y niñas, bondadosa, carismática, luchadora, así la describieron "la luchó hasta lo último, pero Dios la quería con el" expresaron desde el entorno, que además aprovecharon para solicitar oraciones porque Belén pese a que presentaba varios problemas, incluso en su vientre, trajo al mundo a su sexto bebé que permanece internado en el hospital.
"Dios quiso a ese Ángel que irradió alegría, vida, amistad, simpatía, una madraza y esposa. ¡Excelente compañera de trabajo, siempre con una sonrisa!! Te vamos a extrañar Belén!! Fuistes y sos una hermosa persona por dentro y por fuera!! Que brille para vos la luz que no tiene fin, bello Ángel de Dios!!!"
Fueron algunos de los mensajes que acompañaron además un poema que homenajeó su memoria:
"Que no duela tanto... Dios"
Te llevaste justo,
el alma más bella...
yo sé que es el cielo...la vida...
y quieres que entienda.
Qué justo quisiste
tomar en tus brazos,
a la madre perfecta.
Te llevaste todo...
la esposa, la madre...
la hija, la hermana...
dejaste un vacío en la tierra.
Quisiste seguro...
el angel más bello...
y la llevaste a ella.
Buscaste entre todos...
aquella persona
capaz de reír, aunque duela.
El alma más dulce...
la madre increíble...
la esposa más tierna.
Todo lo que uno quería...
esa almita dulce...
de sonrisa eterna.
Te llevaste al cielo...
lo que era del cielo...
querías que vuelva.
Tan llena de vida,
que hasta dió la suya,
para que su niña viviera.
Si cierro los ojos...
la veo corriendo y riendo...
amando con fuerzas.
Tenían sus hijos,
un angel en casa...
la madre más buena.
Te llevaste Dios...
a la niña alegre...
que siempre podía,
aunque no pudiera.
Nos robas el alma...
nos duele pensarlo...
y recién empieza.
Me cuesta tu cielo...
no puedo alegrarme,
no ahora...
por favor espera.
Gracias por dejarnos
un poco de vos,
en esa mujer tan valiente
y guerrera.
Hoy lloramos todos...
esposo... hijos... padres,
la familia entera.
Un angel se ha ido...
fue hermoso tenerla...
te pido Señor
que no duela tanto...
te pido que entiendas.
Por Mario Gorri Sotelo
Las instituciones escolares, la parroquia a la que asistía, los grupos que contenía, y la comunidad toda la despiden con dolor y acompañan a su familia con oraciones.
¡Fuerzas a todos!
