Cargando..."Fueron dos años esperando que se resolviera el caso, gracias a Dios quedé absuelta, muy agradecida por eso", expresó en diálogo con Vibra FM (100.3) Nadia Verdugo tras ser declarada no culpable el viernes pasado por un jurado popular en el juicio por la muerte de Kevin González.
La policía que fue absuelta al ser considerada que no hubo "gatillo fácil" en el operativo de febrero de 2022 en Malargüe tras una pelea a tiros entre bandas, dijo que "estoy tratando de procesar de a poco lo que ha sucedido, han pasado sólo tres días, es muy complicado decir cómo voy a seguir".
Respecto a si retorna a las filas de la Policía, señaló que "no estoy en una situación de pensar qué va a pasar, por el momento no tengo nada decidido, jamás pensé si volvía o no a la fuerza, lo único que anhelaba era mi libertad".
Consideró que este veredicto resulta un mensaje de apoyo al trabajo policial. "Esto ayuda y empuja a cada policía, nosotros somos los que padecemos en la calle, nosotros sabemos lo que pasa. Es muy difícil de explicar, aún más cuando hay un enfrentamiento como me sucedió a mí".
Ante la pregunta de si se arrepiente de haber disparado, manifestó que "no iba a responder por respeto a la familia (de Kevin González) que están sufriendo".
Pidió más capacitación policial
Este caso abrió un debate sobre si los policías reciben una capacitación suficiente o adecuada para manejar armas en situaciones complejas.
Sobre ello, Verdugo consideró que el entrenamiento que reciben "debería acercarse más a la realidad de lo que pasa en la calle" y ejemplificó que "se debería trabajar más con el armamento largo, que es el que está permitido, porque si tenemos una situación como la que me pasó, que corrió riesgo mi vida y de mis compañeros, después quedamos detenidos o presos en la cárcel. Es necesario que se le instruya al policía con la realidad de la calle".
Le cambió la vida
Para Nadia "lo más importante fue el acompañamiento de mi familia" porque su vida dio un giro ya que "vivimos toda la vida en Malargüe y de un día para otro tuvimos que dejar todo allá y cambiar de vida, venir a vivir a San Rafael por mi situación, por lo que sucedió".
También agradeció a su abogada defensora y a su equipo y a sus compañeros de Malargüe "que hicieron el sacrificio de poder llegar a San Rafael" para el juicio. Además, "tuve el apoyo de los tres lugares donde he trabajado (Malargüe, San Rafael y Guaymallén) y de mis jefes".
Por último, espera que los uniformados "tengamos un poco más de apoyo y con lo que ha mostrado el pueblo, creo que no estamos solos".