Valeria Nuñez Quevedo es una sanrafaelina de 32 años que hace casi tres meses se embarcó en la aventura de recorrer Sudamérica en moto pero con una compañía especial: "Uma", una perra que rescató de la calle hace siete años y que pasó a ocupar un lugar en su corazón. Así se volvieron inseparables, al punto de convertirse en la otra protagonista de esta aventura sobre dos ruedas.
Partieron de San Rafael el 27 de diciembre pasado en una moto Triumph Tiger XCX de 800 cilindradas con el objetivo de llegar a Venezuela.
"Uma" viaja cómoda y segura en una butaca especial adaptada en la parte trasera del rodado y con sus simpáticas antiparras moteras para proteger sus ojos del viento, el sol y los bichos, y su pañuelo en la cabeza, lo que despierta la ternura de quienes la ven.
Primero se dirigieron hacia la Patagonia, donde visitaron Bariloche, San Martín de los Andes y Villa La Angostura, para luego comenzar a subir hacia Misiones por la extensa geografía de Argentina.
Salieron del país por la triple frontera el 18 de febrero para recorrer Paraguay y de ahí cruzaron a Bolivia, donde se encuentran actualmente. Han conocido lugares como el magnífico Salar de Uyuni y la vertiginosa ciudad de El Alto. El plan es continuar luego por Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela.
La idea de este desafío motero vino tras un problema de salud complicado de Valeria, que sintió miedo de su muerte y así le surgió un fuerte deseo de recorrer el mundo en moto.
La adopción de Uma le cambió la vida
"Una noche de invierno estaba en la calle y la vi aparecer, ella tendría cuatro o cinco meses, ahí decidí adoptarla", recuerda en su perfil de Instagram "unachicanomada", donde comparte su aventura con Uma y aspectos de su vida que la llevaron a convertirse en la persona que es hoy.
La perrita presenta una renguera a causa de haber sido atropellada hace seis años por una camioneta que la arrastró unos 50 metros y, pese a que fue operada y tuvo un tratamiento de rehabilitación, no pudo recuperar masa muscular. "La movilidad de su pata derecha la perdió, la idea es conseguirle la órtesis en Colombia".
Luego vino otro hito en la vida de la joven mujer. Hace cuatro año se compró su primera moto y eso le movió algo interno. "Nunca pensé que se me iba a transformar en la pasión más grande de mi vida", dice.
Medio año después comenzó a viajar por el país y la duda era si lo podía hacer con su nueva compañera de vida. "No sabía si le iba a gustar la moto, se le iba a dar miedo, pero escucha que enciendo la moto y sale corriendo para que la suba. Desde ahí que nunca más se bajó de la moto. Para mí no es una mascota, es mi familia".
Este viaje está adaptado totalmente a Uma, ya que Vale se detiene cada una hora u hora y media para que su compañera canina tome agua, juegue, camine o descanse.Y si va a llover o correr viento, no sale a la ruta o busca refugio.
¿Qué es lo mejor de esta experiencia en dos ruedas?
Valeria responde que "es la cantidad de culturas, personas y países que vamos conociendo, los paisajes que vemos, las historias que van surgiendo en cada lugar. Realmente se aprende mucho, a nivel personal ayuda a tener mayor seguridad, más autoestima y a confiar más en uno mismo".
A los que preguntan cómo solventa sus viajes, explica en sus redes sociales que tiene un local de suplementación deportiva, además de haber ahorrado y cuidarse mucho en sus gastos. En el actual viaje tiene sponsors y hace canjes de publicidad en sus redes.
¿Y un consejo para las personas que sueñan en viajar en moto?
Ella responde a sus seguidores que "se animen, que lo hagan, que planifiquen, porque realmente es posible y va a ser la aventura más grande y maravillosa de su vida".