David Cuccia (61) y su esposa Olga (54) siempre enfrentaron los retos juntos. Dedicados a la compra y venta de frutas y verduras, viajaban todos los días a Mendoza para traer los productos que después ofrecían en Comerco. Así fue durante varios años hasta que un problema físico le impidió a David seguir trabajando.
"Tuve un problema en la cadera y me operaron. Fue justo antes del comienzo del aislamiento por la pandemia y no pude seguir trabajando", explicó David.
Y allí, una vez más, Olga es la que propone una salida. "Mirando videos de YouTube encontré cómo se podía trabajar la madera y en especial, en pequeñas piezas. Cuando David vio la máquina de corte y lo que se podía hacer, quedamos muy entusiasmados".
Inicios y primeros trabajos
Uno de los mayores desafíos fue volver a usar la computadora, en el caso de Olga, y empezar de cero para David. "Yo no tenía ni idea de cómo se utilizaba el programa Corel, que es con el que realizamos los moldes. Pero Olga lo fue aprendiendo y me ayuda con el modelado de los vectores", indicó el artesano.
Cuenta la mujer que luego de elegir el diseño, es necesario llevarlo al tamaño final que queremos que quede el producto en Corel y de allí se envía a la máquina que corta la madera.
"Dependiendo de lo que estemos creando, es la cantidad de piezas que se necesitan. Y allí empieza la segunda parte del trabajo que es pegar o encajar cada una de las partes, que son cientos y algunas muy chiquitas", continuó David.
La paciencia es fundamental para llegar a terminar el producto sin errores. Y destaca el matrimonio que "a medida que íbamos haciendo cosas, empezamos a agregar algunos detalles que se nos ocurrían a nosotros".
El mensaje para la gente: "Nada es imposible"
David y Olga hoy tienen en su casa las vitrinas llenas de autos, juguetes, llaveros, casas, edificios y un montón de artesanías más hechas en madera. Pero sobre todo encontraron una actividad que les ayudó a superar los problemas de salud, a salir adelante del encierro de la pandemia y a seguir superándose día a día en la complejidad de cada diseño y modelo nuevo.
"Mi mensaje a todos esas personas que ya son grandes, que de pronto criaron a sus hijos, crecieron y ya no están en casa, que no se queden viendo televisión todo el día. A nuestra edad aún se puede todos los días volver a empezar algo nuevo, aprender algo que pensábamos que nunca íbamos a poder hacer. Sino, miren mi caso, yo nunca había tocado una computadora y ahora con mi esposa hacemos moldes y diseños a medida", concluyó David.
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