Caminó 16 horas para salvar a su familia varada dos días en medio por un temporal

Hace 8 horas, 9 minutos

El auto de una pareja sanrafaelina con dos pequeñas niñas quedó atascado en medio de la Patagonia bajo una fuerte lluvia. El papá salió a pedir ayuda a pie y la mamá cuidó a las hijas racionando galletas como único alimento.

Gonzalo, Romina y las pequeñas Alina y Julia, protagonistas de una aventura de película (fotos Gonzalo Altamiranda).

Gonzalo, Romina y las pequeñas Alina y Julia, protagonistas de una aventura de película (fotos Gonzalo Altamiranda).

Una familia sanrafaelina integrada por Gonzalo Altamiranda, su esposa Romina y sus hijas Alina y Julia de 5 y 2 años vivieron una odisea bajo un atípico temporal de lluvia en medio de la Patagonia.

Viajaban desde San Rafael a El Calafate a pasar Año Nuevo y sus vacaciones cuando su auto quedó atascado en la ruta provincial 29 de la provincia Santa Cruz, un tramo de tierra que perteneció a la vieja Ruta 40. Sólo contaban con galletas para alimentarse y medio termo de agua caliente, estaban sin señal de celular y con poca carga de batería en sus móviles. Después de un día de estar varados bajo la lluvia y el frío, el padre familia salió caminando a buscar ayuda.

Romina y sus pequeñas hijas en el auto donde permanecieron dos días a la espera del rescate.

Romina y sus pequeñas hijas en el auto donde permanecieron dos días a la espera del rescate.

Gonzalo contó en diálogo con Vibra FM (100.3) que se dirigían a la casa de su hermana que vive en El Calafate y debido a que debían recorrer 2.400 kilómetros en auto hicieron noche en Catriel (Río Negro) y en Esquel (Chubut), con el objetivo de llegar a la noche del 30 de diciembre.

Pero ese día el GPS los desvió de la Ruta 40 a la 29 porque indicaba que era el trayecto más corto. "Esa ruta está en bastante buen estado pero no está preparada para la lluvia. Cuando íbamos a un 80% del camino recorrido comenzó una tormenta. Dicen que llovió en dos días lo que llueve en un año. Entonces la tierra y la piedra de la ruta se volvieron una greda pesada y el auto quedó enterrado. Además, ya llevábamos una hora y pico sin señal".

La ruta de tierra donde se atascó el auto de la familia Altamiranda.

La ruta de tierra donde se atascó el auto de la familia Altamiranda.

Varados con sólo galletas

Al ver que iban a estar más tiempo de lo esperado, "mi esposa actuó rápidamente, le dijo a las chicas de que esto era una aventura, un campamento en el auto, para que estuvieran tranquilas. Teníamos mucho abrigo, galletas y medio termo de agua caliente, lo racionamos por lo menos para tres días por las dudas".

Agregó que "el agua caliente la utilizamos para que las niñas se tomaran un té esa noche, después racionamos el agua y la comida, pero el 31 a las cinco de la tarde, cuando había pasado un día exacto que estábamos atrapado en el barro, dijimos con mi esposa de hacer algo porque toda la provincia debía estar igual y no sabíamos cuándo iba a dejar de llover".

Además, "en ningún momento pasó un auto y la Policía nunca supo que entramos a la ruta, parece que después que pasamos nosotros cortaron la ruta, creían ellos de que no había nadie en el camino". Por suerte, "las niñas estaban como un campamento, no se enteraron de nada".

Salir a pie en busca de ayuda

Altamiranda decidió volver caminando por el camino recorrido que era lo seguro, le dijo a sus hijas que iba a tratar de volver en cuatro o cinco horas pero que no se asustaran si demoraba más porque iba a seguir caminando hasta conseguir ayuda.

Se puso un pantalón corto, remera de mangas cortas, un cortavientos y comenzó su recorrido a pie. "Caminé desde las cinco de la tarde (del día 31) hasta las 9 de la mañana del otro día (1 de enero)".

Después de 16 horas sin parar bajo la lluvia, Gonzalo encontró en la Ruta 40 a un guía de montaña que venía de escalar una montaña y que iba en su auto. Por esta ruta había caminado unos 18 kilómetros y le faltaba 40 más para llegar al próximo pueblo o ciudad. "En ese momento elongaba cada cinco pasos porque mis piernas no daban más".

Su estado físico le ayudó y también la determinación de salvar a su familia. "Jugué al rugby en Belgrano pero desde los 27 no entreno más, tengo 40 años, ahora voy al gimnasio donde hago crossfit".

Recordó que "en el momento me pasaron un millón de cosas por la cabeza, yo lo único que sabía era que no podía frenar, no podía volverme, sólo me quedaba seguir para adelante".

El esperado rescate

Cuando arribó a la ciudad más cercana, su hermana, que es guía de alta montaña, ya había llegado porque sospechaba que estaban perdidos en la zona. "Ella había estado la noche del 31 golpeándole la puerta a todos los funcionarios del lugar para convencerlos de que tenía que salir un equipo de rescate. Igualmente Protección Civil de la provincia de Santa Cruz había activado un mecanismo y había mandado dos equipos. Cuando llegué, les dije dónde estaba mi auto y en medio hora llegamos, por suerte ya había salido el sol. A las 3 de la mañana había dejado de llover y se despejó".

El momento del rescate el 1 de enero cuando había pasado el temporal.

El momento del rescate el 1 de enero cuando había pasado el temporal.

Romina estuvo todo ese tiempo cuidando a las niñas. Además, "como yo no había llegado a la noche, mi esposa se puso a intentar sacar el auto hasta que lo logró".

Al final Gonzalo reflexionó sobre lo sucedido. "Mi hermana me dijo que si uno no se mueve nadie se mueve por uno, así que fue golpeando todas las puertas para pedir ayuda. Es la misma idea que pensamos con mi esposa, nadie nos va a buscar por nosotros, así que había que salir y empezar a caminar, los dos pensamos lo mismo".

Actualmente la familia Altamiranda está disfrutando sus vacaciones en El Calafate y recién este jueves por la noche, con retraso, pudieron festejar el Año Nuevo.