La temporada navideña es sinónimo de reuniones familiares, abundantes comidas y brindis que celebran la alegría del año. Sin embargo, entre platos festivos y largas sobremesas, es fácil que los hábitos saludables queden en el segundo plano.
Cuidar la salud intestinal en estas fechas no solo garantiza bienestar durante las celebraciones, sino que también contribuye a mantener la energía y evitar malestares que puedan opacar el disfrute. El equilibrio es clave: disfrutar de las tradiciones culinarias y, al mismo tiempo, apoyar al cuerpo con prácticas conscientes.
7 errores que perjudican el equilibrio intestinal
La clave para disfrutar sin remordimientos radica en la moderación y en la elección consciente de alimentos y hábitos. Algunas prácticas que por estas fechas se deben controlar son:
El consumo de alcohol. El alcohol, presente en brindis y cócteles, puede afectar el intestino al inflamar su revestimiento y alterar la microbiota. Reducir el azúcar en las bebidas alcohólicas y alternarlas con agua es una estrategia efectiva. "El agua como principal fuente de hidratación facilita la digestión y reduce los efectos negativos del alcohol en el cuerpo", destacó Andrea Delgado, dietista de Mayo Clinic.
El exceso de alimentos procesados. La mayoría de los alimentos ultraprocesados que abundan en estas fechas son todo lo que se debe evitar para cuidar el intestino. Priorizar proteínas y fibra ayuda a estabilizar el azúcar en sangre y alimentar las bacterias intestinales beneficiosas. "Llenar el plato con verduras y proteínas primero es una buena forma de evitar excesos", aconsejan expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
El azúcar. Los dulces son protagonistas en Navidad, pero su exceso puede causar inflamación y picos de azúcar en sangre. Una estrategia efectiva es disfrutar los postres después de una comida equilibrada rica en fibra y proteínas. Además, comparta el postre o elija bebidas con menos azúcar para reducir el consumo sin renunciar al placer.
Repetir las comidas. Comer las sobras de la cena de Navidad y Año Nuevo puede resultar reconfortante, pero limita la ingesta de nutrientes necesarios para el intestino. Complementar con alimentos frescos o suplementos, como los simbióticos (prebióticos y probióticos), ayuda a mantener el equilibrio.
No beber agua. La deshidratación es común durante las fiestas debido al consumo de alcohol y comidas ricas en sodio. Beber un vaso de agua al comenzar el día y mantener una botella cerca son hábitos simples, pero efectivos. Según Delgado, "una hidratación adecuada facilita la digestión, previene la fatiga y ayuda a controlar los antojos".
Dejar de hacer ejercicio. La actividad física favorece la digestión y reduce el estrés. Caminatas familiares después de las comidas o actividades como Pilates pueden contrarrestar los efectos de la inactividad.
No dormir bien. Las noches largas y el sueño interrumpido pueden afectar el equilibrio del intestino y generar antojos de alimentos menos saludables. Mantener una rutina de sueño y evitar comer cerca de la hora de dormir ayuda a mejorar el descanso y el bienestar general.
Por qué es clave proteger el microbioma intestinal y mantener la energía
El microbioma intestinal, compuesto por billones de bacterias que habitan el intestino, juega un papel fundamental en la digestión, el sistema inmunológico y la producción de energía. Durante las festividades, factores como el exceso de alcohol, azúcar y comidas procesadas pueden alterar este equilibrio, afectando no solo la salud digestiva, sino también el estado de ánimo y los niveles de energía.
Optar por una alimentación rica en fibra y proteínas, junto con una hidratación adecuada, permite que las bacterias beneficiosas prosperen. Además, mantener hábitos como el ejercicio y el descanso ayuda a reducir la inflamación y evitar el agotamiento que suelen acompañar las celebraciones.
Cómo impacta en la salud el estilo de vida durante las fiestas
La combinación de factores como la deshidratación, la falta de sueño y la inactividad física puede generar un impacto negativo en la salud general durante las Fiestas.
La Fundación Española del Corazón advirtió que "el abuso prolongado de alcohol puede debilitar el corazón", mientras que los CDC señalan que la falta de descanso dificulta la regulación del azúcar en sangre, favoreciendo los antojos de alimentos poco saludables.
Por otro lado, el ejercicio físico es fundamental para equilibrar los excesos alimenticios y gestionar el estrés. "El movimiento diario favorece la digestión, reduce el aumento y contribuye al bienestar emocional", destacan los expertos. Del mismo modo, establecer rutinas de sueño y asegurarse de dormir entre siete y ocho horas permite que el cuerpo se repare y recupere la energía necesaria para disfrutar plenamente de la temporada.
Mantener hábitos saludables durante las Fiestas no implica renunciar a las tradiciones ni a los sabores que caracterizan esta época del año. A través de pequeñas decisiones conscientes, es posible celebrar con alegría y energía renovada. Como suele decirse, el equilibrio entre disfrute y salud es la clave para cerrar el año sintiéndose bien por dentro y por fuera.