La tarde se presenta ideal para dar un paseo por la plaza. El bebé está feliz en su cochecito y nosotros contentos de vivir un momento al aire libre y disfrutando un poco del verde. Pero lo que parecía un programazo se transforma en una mini pesadilla. Apenas nos sentamos, una legión de mosquitos nos empiezan a rondar y obligan a la huida. Para evitar esta situación y las molestas picaduras será necesario recurrir a los repelentes. El mercado ofrece cantidad y variedad por eso al momento de elegir uno es importante saber cuáles son los apropiados para los más chicos.
"Los repelentes de insectos son sustancias químicas que por su olor o naturaleza ofrecen protección contra las picaduras de insectos. Estas se aplican sobre diferentes zonas expuestas del cuerpo (lociones, cremas, sprays, etc) a través de los cuales los principios activos se depositan sobre la piel. No matan al insecto pero lo mantienen alejado", explica en su página oficial la Sociedad Argentina de Pediatría.
Los buenos repelentes aunque no matan a los mosquitos logran mantener a chicos y grandes alejados de picaduras. En los bebés recién se aconseja su uso a partir de los dos meses utilizándose repelentes que contienen DEET (N,N- dietil-m-toluamida). La citronella es menos efectiva que el DEET por eso en el contexto etimológico de los últimos años se desaconseja su uso. Los repelentes que contienen DEET en concentraciones que varían entre el 2% y el 5% son los más eficaces. Cabe señalar que también sirven para repeler pulgas, garrapatas, jejenes, tábanos y otros insectos.
La efectividad de un repelente según marca y calidad es de cuatro a seis horas, por eso habrá que volver a aplicarlo las veces que sea necesario. En farmacias y supermercado se los puede conseguir en diversas presentacione scomo lociones, cremas, geles, vaporizadores o envases a bolilla, cada adulto decidirá cuál les resulta más cómodo y práctico al momento de aplicarlo.
Desde la Sociedad Argentina de Pediatría insisten con estas indicaciones para evitar algún efecto adverso de los repelentes con DEET.
Revisar la etiqueta del envase para solo usar aquellos productos cuyas concentraciones no superen el 30 % de DEET.
Seguir las instrucciones según se indican en la etiqueta.
No aplicar el repelente en zonas de heridas, cortaduras o piel irritada.
No aplicar el producto (en caso de spray) directamente sobre la piel, sino colocar en la mano y luego esparcir.
Evitar el contacto del repelente con los ojos y la boca.
No aplicarlo en las manos de los niños. El mismo debe ser aplicado por un adulto.
Primero colocar el protector solar y luego de 30 minutos, el repelente.
No rociar los productos que contienen DEET directamente en la cara. Rociar las manos y después frotarlas cuidadosamente sobre la cara evitando los ojos y la boca.
No utilizar insecticidas tipo "hogar y plantas" sobre la ropa o piel ya que son altamente tóxicos.
Otra precaución fundamental es corroborar la fecha de vencimiento y siempre seguir las sugerencias del pediatra. Si vemos que el repelente no es efectivo o provoca alguna reacción alérgica se deberá suspender de forma inmediata su uso. Los síntomas que indican una reacción adversa son fáciles de reconocer: enrojecimiento, hinchazón y picazón. Además aparecen en la zona de la piel que está expuesta y no en la cubierta con ropa.
En general, las picaduras de mosquitos se tratan de manera simple. Se sugiere utilizar frío local durante 10 minutos, aplicar un spray de agua termal o un agente antiinflamatorio. Pero si la hinchazón es grande o la piel está muy enrojecida será necesaria la consulta pediátrica.
Además de la utilización de repelentes se pueden adoptar otras medidas, tan simples como eficaces, que ayudan a mantener alejado a mosquitos y otros insectos.
Vestimenta
Siempre que los niños estén en el exterior utilizar ropa de manga larga y pantalones largos, de colores claros, fresca y en lo posible de algodón.
Evitar el uso de perfumes o jabones de aroma intenso ya que atraen a los insectos.
Medidas de protección ambiental
Utilizar tul sobre las cunas y sobre las camas si las puertas y ventanas no tienen mosquiteros.
Eliminar todos aquellos recipientes que puedan albergar agua tanto dentro como fuera de la vivienda (tarros, bajo macetas, neumáticos, tapas, frascos, etc).
Cambiar el agua de los floreros, bebederos de mascotas diariamente.
Colocar mosquiteros en las ventanas.
Colocar los recipientes que se encuentren en el exterior boca abajo o taparlos para evitar que se llenen de agua si no se pueden eliminar.
Mantener libres los desagües de agua de los techos.
Mantener tapados los tanques de agua.
Rellenar espacios donde pueda acumularse agua en el ambiente por ejemplo en huecos de árboles, depresiones en la tierra o pozos.
Con estas prevenciones y cuidados será posible disfrutar al aire libre sin temor a que los mosquitos arruinen un buen momento.