Una de los grandes cuestionamientos que tiene la política es la ausencia de nuevos cuadros en las instituciones, sobre todo las legislativas donde se repiten los nombres cada dos años.
Mendoza es un ejemplo en el resto del país porque el gobernador no puede ser reelecto y una ley promovida por el gobernador Alfredo Cornejo le puso límites a las reelecciones de los intendentes.
Sin embargo, las reglas no son las mismas para la Legislatura y los Concejos Deliberantes donde la reelección es indefinida.
En este contexto, el intendente de la capital de Mendoza, Ulpiano Suárez, envió al Concejo Deliberante un proyecto que busca limitar las reelecciones indefinidas pudiendo ser reelectos únicamente por un nuevo período.
El proyecto fue aprobado este martes y desde ahora en más los ediles en Capital durarán en sus funciones el término de cuatro años, pudiendo ser reelectos únicamente por un nuevo periodo .
En este escenario, ¿se animarán en San Rafael a imitar a los concejales capitalinos?, que propusieron el proyecto en el marco de la consolidación y respeto a los principios democráticos y republicanos.
Lo cierto es que en el Concejo se repitieron los nombres con ediles que llegaron a tener hasta tres mandatos, y otros que con dos períodos cumplidos llegaron a la Legislatura y llevan allí más de ocho años en su banca.
La posibilidad de eliminar la reelección indefinida le permitiría a los partidos políticos la oxigenación en sus cuadros y el ingreso de nuevas ideas al ámbito legislativo algo que reclama la comunidad cada vez que se presentan las listas de los candidatos.
En ese sentido, los partidos mayoritarios en el sur mendocino deberían hacer un mea culpa porque desde el regreso a la democracia les costó renovar sus cuadros políticos que van rotando por el Estado en distintos cargos, incluso muchos de ellos que son profesionales se jubilaron con aportes por su actividad en el ámbito público.
Veremos si esta decisión política que ocurrió en el Concejo Deliberante de la ciudad de Mendoza tiene un efecto contagio en el resto de los departamentos y en la Legislatura, ya que uno de los pilares de la Democracia es la alternancia en los cargos y no la perpetuidad como habitualmente se estila en la política.