Un joven fue agredido por un grupo de rugbiers tras una fiesta en Mendoza

Hace 3 días, 1 hora

La víctima, un ingeniero de 24 años, identificó al menos a cuatro jugadores del club Maristas como atacantes

Una vez más, un dramático caso de violencia fue protagonizado por un grupo de jugadores de rugby, lo que trae a la memoria el brutal homicidio de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado por una patota el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell. Esta vez la preocupante escena ocurrió en Mendoza, a la salida de una fiesta bailable por Navidad, durante la madrugada del miércoles.

Se trata de la feroz golpiza a un ingeniero de 24 años, identificado como Mateo Di Bari, quien sufrió heridas en el rostro y diferentes partes del cuerpo, por lo que tuvo que ser trasladado a un centro asistencial. La denuncia contra cuatro jóvenes del reconocido Marista Rugby Club fue radicada en la Justicia por la madre de la víctima, quien aseguró que los agresores, conocidos en el ambiente y la noche mendocina, "viven pegando" cuando salen a bailar.

La golpiza al joven, quien se encontraba junto con sus primos y amigos, se produjo alrededor de las 7 , a la salida de la fiesta Open Air, en la bodega Tierras Altas, ubicada en Acceso Sur, Lateral Este 65, de la localidad Carrodilla, en Luján de Cuyo.

El ingeniero agredido y su madre dieron detalles a la prensa local del violento episodio, que comenzó dentro del lugar cuando uno de los rugbiers increpó verbalmente a uno de sus primos, molesto porque decía que lo estaba mirando. "Intento intervenir para separar la pelea, diciéndole que no hizo nada. En ese momento, uno de ellos me grita: ¡Salí de acá, bolivianito, sos horrible!", contó Mateo, quien ya afuera de la fiesta no divisó a sus familiares y amigos. "Estaba afuera, apoyado en la baranda, esperando que salieran", recordó el joven, cuando un grupo empezó a pegarle.

"Me comenzaron a golpear por todas partes: en la cabeza, el pecho y la cara. Me rompieron la camisa y una de esas piñas me cortó la nariz", relató el ingeniero, quien asegura que uno de los agresores tiene antecedentes de peleas. Asimismo, contó que varios amigos y otras personas, entre ellas mujeres, buscaron intervenir para calmar la situación pero recibieron empujones. Finalmente, sus allegados lo auxiliaron tras la golpiza, le frenaron la hemorragia en la nariz y lo llevaron a una clínica privada.