Este miércoles, la tradicional convocatoria semanal de los jubilados al Congreso de la Nación tuvo una de las jornadas más violentas de su historia. Las presencias de barras bravas e hinchas de decenas de clubes, además de sindicalistas y militantes de partidos de izquierda, no solo aumentó el volumen de la concentración, sino que además elevó su temperatura hasta el punto de ebullición.
Graves enfrentamientos entre la policía y los manifestantes marcaron la protesta frente al palacio legislativo. La mayoría de los protagonistas del cruce de agresiones estaban vestidos con los colores de los clubes por los que simpatizan.