El fracaso de la CIA para advertir las señales que alertaban del atentado del 11 de septiembre sigue siendo uno de los temas más controversiales de las agencias de inteligencia, a 23 años del ataque terrorista que cambió la historia.
En 1996, cinco años antes del atentado, Estados Unidos recibió una declaración de guerra de un hombre con barba larga, vestido de túnica, que les hablaba desde una cueva en Tora Bora.
Nunca imaginaron que se convertiría en el principal enemigo público de Estados Unidos.
Sin embargo, para lo que ellos era primitivo, era en realidad un mensaje que calaría hondo en unas 20 mil personas para el año 2000. La mayoría, con educación universitaria y con un sesgo hacia la ingeniería.
Así lo explica Lawrence Wright en el libro "La torre elevada", que le valió el Premio Pulitzer: Bin Laden orquestó su estrategia "invocando imágenes que eran profundamente significativas para muchos musulmanes, pero prácticamente invisibles para aquellos que no estaban familiarizados con esa fe".
El libro es considerado uno de los imprescindibles para entender los atentados al World Trade Center: recoge 500 entrevistas realizadas en cinco años para entender cómo llegó Bin Laden a ser lo que fue.
Para los agentes de la CIA, Bin Laden era la esencia del atraso. Un alto funcionario del gobierno del presidente Clinton, lo expresó de esta manera: "¿Cómo puede un hombre en una cueva superar a los líderes mundiales de la sociedad de la información?".
Sin embargo, John O'Neil, jefe de la sección de contraterrorismo del FBI, detectó algo distinto. Bin Laden no era un hombre primitivo, sino que buscaba parecerse a Mahoma: ayunaba los mismos días que el profeta y hablaba en versos formulados como poesía.
Su mensaje, no era para Occidente, sino para los musulmanes y eso engañó a los analistas estadounidenses.
Las mismas poses y posturas que le parecían atrasadas al público occidental, son consideradas sagradas según la tradición islámica considera sagradas. Incluso los talibanes se expresan habitualmente en poesía.
"La torre elevada" sigue la vida de John O'Neil, uno de los pocos agentes estadounidenses que comprendió, ya en los años 90, la magnitud de la amenaza que representaba Al-Qaeda.
Por qué leerlo
"La torre elevada" es una mezcla de crónica detallada y thriller vertiginoso de los eventos que causaron el 11 de septiembre. Plantea también, una inspección reflexiva del mundo que produjo a los autores del atentado.
El libro fue multipremiado, le valió al periodista Lawrence Wright el Premio Pulitzer y es considerado el mejor libro escrito sobre los orígenes de al-Qaeda y la muerte de Bin-Laden.
Sobre el autor
Lawrence Wright es un prestigioso ensayista ganador de un Pulitzer, además de guionista y colaborador habitual de The New Yorker. Ha publicado tres ensayos en el sello Debate: La torre elevada, Los años del terror y Dios salve a Texas. El día del fin del mundo, un thriller médico escrito antes de la pandemia de la Covid-19, es su primera novela y los derechos de traducción se han vendido a más de diez idiomas.