El don de la memoria

Hace 7 días, 15 horas

Memorias del Alma / por Susana Platero

Podríamos considerar a la memoria como un don. Un regalo maravilloso de la vida que nos permite sentir en el presente aquellas cosas que vivimos hace tiempo.

Recordar es un ejercicio complicado, por ahí no queremos evocar algunas cosas y vuelven incesantemente a la memoria con todos los matices que aprietan nuestro corazón y nos laceran. Sin embargo, otras veces, la memoria es cómplice de momentos maravillosos y nos arrastra en una vorágine de sonrisas y sensaciones que transformaron momentos en situaciones inolvidables.

La memoria para un pueblo es el secreto de su historia. Si se escribe con mentiras esconde las virtudes y desdibuja los acontecimientos. Hay memoria viva y hay historias muertas. Hay personas que pasaron y dejaron su impronta; otras aportaron su sangre y su lamento. Hay vivencias que se transforman en canciones y canciones que se vuelven himnos.

La memoria es aquello que nos enriquece la vida, que nos abraza con sus aromas, sus colores, sus texturas, sus caricias, sus días y sus noches.

Hay memoria en las familias, y en las cuadras, en el barrio, en el pueblo, en el mundo. La memoria somos nosotros replicados en ayeres.

El ejercicio de recordar nos permite dibujar los contornos de nuestra propia historia y aceptar las derrotas, y festejar los logros, y atenazar las penas y reconocer que, como decía el poeta, "después de todo he comprendido, que lo que el árbol tiene de florido, vive de lo que tiene sepultado".