El 2025 es un año electoral y en el Concejo Deliberante comenzaron a notarse ciertas diferencias que el año pasado se zanjaban a través del diálogo fuera del Recinto.
En la última sesión aparecieron los primeros signos de una confrontación que será inevitable entre radicales y peronistas que ponen en juego sus bancas.
Esta vez hubo tres hechos que generaron discusiones y debates propios de un año electoral. Primero el radicalismo durante la sesión rechazó un proyecto para aprobar la publicación de un llamado a licitación acusando al justicialismo de armarla a medida del proveedor.
Luego apareció un vecino muy ligado a las filas del radicalismo local que a viva voz, antes de que terminara la sesión, planteó reclamos por obras en un barrio algo que no es común que suceda ya que estos pedidos se canalizan por escrito.
Y al término de la sesión los concejales recibieron a un grupo de jubilados identificados con el peronismo que según los radicales hicieron muchos planteos partidarios en lugar de debatir la problemática que tiene ese sector por los salarios que perciben.
En fin, el 2025 promete ser un año virulento en la Política donde será difícil el consenso.