Insólita muerte: en una capacitación de tiro su instructor lo baleó en el cuello

El oficial Lucas Gabriel Salomón (27) murió tras agonizar 80 días. Su instructor Jorge Alexander Acuña (40) le disparó accidentalmente durante un entrenamiento

El oficial Lucas Gabriel Salomón (27) agonizó durante 80 días. Había recibido un disparo en el cuello por parte de un instructor de tiro en una capacitación en el predio de Puente 12, la base de entrenamiento de la Policía de la Provincia de Buenos Aires ubicada en Ciudad Evita, partido de La Matanza.

Padre de un niño de apenas un año, Salomón formaba parte de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI), una de las divisiones de elite de la Bonaerense.

En en marco de un entrenamiento de tiro, el oficial estaba junto a varios compañeros realizando un curso dedicado a perfeccionar la técnica en ingresos a allanamientos y edificaciones. El dictado de la clase estaba a cargo del instructor Jorge Alexander Acuña (40).

Acuña portaba una pistola Glock 19 calibre 9 milímetros. La demostración se desarrollaba con normalidad hasta que, en un momento, cuando quiso mostrar los movimientos y el posicionamiento con el arma, se disparó.

El proyectil salió expulsado e impactó en el cuello del oficial Salomón. Su familia denunció en un posteo en sus redes sociales que, tras el disparo, el instructor Acuña "se agarró la cabeza y comenzó a correr", y que luego se subió a su camioneta e intentó escapar sin éxito del predio.

Herido de gravedad, Salomón fue trasladado de urgencia al Hospital Balestrini de Ciudad Evita, donde ingresó al quirófano para ser operado. Luego de que se lo estabilizó, quedó internado en estado reservado.

La investigación quedó en manos del fiscal de La Matanza Gastón Duplaa, quien ordenó el secuestro de las armas y la ropa de Salomón y Acuña. Además, solicitó que las pericias estén a cargo de la Gendarmería Nacional.

El fiscal caratuló la causa como "lesiones culposas". Al día siguiente del episodio, Salomón fue trasladado a un sanatorio privado de Palermo, donde fue nuevamente operado.

El primer parte médico indicó que el policía sufrió tres paros cardíacos y que perdió mucha sangre. El proyectil ingresó por el costado izquierdo del cuello, le fracturó la clavícula y, en el recorrido, le rozó la médula ósea y le rompió la última vértebra de la columna, provocando la fractura de una de sus costillas.