De Majestad a Majestad: "En tu honor" la carta de despedida de Sol Indiveri a su abuela Nilda Eraso

A poco de entregar el reinado, Sol Indiveri tuvo, junto a su familia que enfrentarse a la partida física de Nilda, su abuela y la ex Reina Nacional que San Rafael jamás olvidará.

Despedir a una abuela es un dolor que cala hondo, y es lo que le sucedió a la actual Reina Sol Indiveri, que junto a su familia atraviesan momentos muy especiales con infinidades de sentimientos encontrados y la incógnita de cómo serán los días sin la risa, y la presencia de Nilda Eraso, su abuela, su inspiración.

A muy poco de entregar los atributos, el fallecimiento, a los 84 años de Nilda, reina Nacional de 1958, fue una espina en el corazón de Sol, quien con el correr de las horas hizo pública una carta despedida, para homenajear a su amada abuelita.

Te fuiste rodeada del amor que siempre nos diste, en medio de lágrimas, obvio, pero también de algunas sonrisas que se dibujaron cuando recordábamos algunas de tus picardías, de tus ocurrencias.

Acá te vamos a extrañar muchísimo. Siento que no tengo noción de cuánto lo haremos. Pero tú luz brillará para siempre y va ser mi guía en cada camino que me toque transitar.

Como bien sabés, estoy a horas de entregar los atributos que, con muchísimo honor, he portado. Esos mismos que llevaste vos y por los que nos trajiste la Corona Nacional. Vendimia, la que llevaste siempre en tu sangre y nos legaste a mi mamá y a mí, es una de las tantas experiencias hermosas que nos mantendrá unidas en la eternidad. Lo que me queda por delante hasta el sábado, será en tu honor, en tu grandiosa memoria.

No puedo dejar de agradecer a mi familia, amigos y sanrafaelinos en general por las numerosas muestras de amor, cariño y apoyo que me han brindado en estas horas tan difíciles. Créanme que son la fuerza que necesito para poder despedirme de mis atributos como Nilda siempre deseó. A todos, infinitas gracias.

Y a vos abuelita, jamás podré devolverte todo lo que me enseñaste, todo el amor que me brindaste y cada consejo que me diste. Todo, absolutamente todo, queda guardado para siempre en mi corazón.

Te voy amar en esta y en todas las vidas porque estoy segura que desde donde estás, me agarras tan pero tan fuerte como aquel 12 de febrero.

La vida me dio el regalo más grande que fue ser tu nieta, "tu tesorito" como vos me decías. Te prometo que siempre vas a estar viva en mi memoria, en mi corazón y por supuesto en la gran historia de nuestra tierra que con tanto amor forjaste y escribiste.

Gracias Abuelita. Te Amo

Sol

Fuerzas a toda la familia, y gracias, porque durante años compartieron con San Rafael la sabiduría, la picardía, las anécdotas e infinidades de momentos que estarán grabados en la memoria, pero sobre todo en la historia de nuestra ciudad, que no olvida a quien fue sembrando amor y entrega por décadas.